Los fallos de Caprica

A estas alturas, todo el mundo sabe ya de la cancelación de Caprica, y de que en teoría Syfy va a quemar en enero los episodios restantes en una maratón de un día. Pero tengo la impresión de que la gente no tiene ni idea de que a pesar de eso la cadena canadiense Space, que ya fue la que en su día terminó Defying Gravity cuando la cancelaron en ABC, ha seguido emitiendo los episodios restantes a ritmo normal, por lo que hace un par de días pudimos por fin ver el final de la serie. Tenéis los capítulos en vuestros proveedores habituales.

Por si acaso, aviso de que va a haber spoilers a partir de ahora.

Empecemos por el final. Como esperaba, no ha sido una conclusión cerrada, a pesar de esa especie de epílogo que nos muestra cómo hubieran progresado las temporadas venideras. Aún así, es un final satisfactorio que deja la sensación de no haber perdido el tiempo viendo una serie con un futuro (o más bien no-futuro) más que anunciado; y que se resume en una sóla frase: la culpa de la destrucción de Caprica que veríamos luego en Battlestar Galactica es de los Graystone y de Clarice.

Caprica quizá tuvo dos fallos fundamentales que impideron que tuvera el éxito que tuvo su serie madre. El primero, es la incapacidad de hacer encajar las tramas entre sí de una manera consistente desde un principio. Nadie entiende la correlación entre la Zoe Graystone y la Ha’la’tha, por ejemplo, y en ningún momento se llega a explicar. Sí, en series como Dexter hay muchas cosas que parecen que no tienen relación, pero se sabe desde el primer momento que toda acabará encajando. Aquí no. Toda la historia del mundo virtual fue innecesaria, aunque la conclusión fuera indispensable a todos los eventos que vendrían después ya no sólo en Caprica, si no en todo el universo BSG.

El segundo fue el no ser capaz de apelar a las bases. Cuando intentas hacer una mezcla de géneros como lo intentó Caprica, sabes que los fans nunca van a estar contentos, porque lo que quieren ver realmente son naves espaciales y lásers y cosas así. Se ve que tirando ya hacia el final o se han dado cuenta de esto o hicieron un movimiento desesperado con todo el tema de el secuestro de la nave en la que Lacy Rand iba hacia el campamento de STO, un momento que parecía sacado de un capítulo cualquiera de Battlestar Galactica. Que por cierto, parece que este punto se va a superar en la nueva secuela, Blood & Chrome.

A pesar de esto, Caprica no era una mala serie, desde luego bastante superior a la media. Sus puntos fuertes (Clarice, Daniel Graystone y su empresa) superaban con creces a los débiles. Por eso me da pena su cancelación, aunque gracias a Syfy el universo BSG no se acabará aquí, so say we all.

De cabeceras II

Post vago para comepensar el hecho de que ayer no escribí: más cabeceras. Esta vez no las he elegido por su calidad, sino porque tienen cierto valor personal para mí por las anécdotas que hay detrás de ellas, que más bien se resumen en hacer el gilipollas con mi novia Tati (¡un beso que se que me lees!) cuando vemos la serie juntos y salen en pantalla.

The Big Bang Theory

The History of Everyting, de los Barenaked Ladies, es el tema que suena mientras un breve resumen de la historia de la humanidad nos lleva hasta los protas de la serie. La verdad es que es una canción que se da bastante bien para bailar.

Hustle

Tiri, tiri, tiri, tiri, tiri… Los créditos de Hustle son muy sencillos pero efectivos, y cumplen a la perfección el objetivo de explicar la serie en 45 segundos… y además son geniales para intentar hacer cosquillas con cada tiri. Estos son la segunda versión, por cierto.

Sugar Rush

¡Es todo rosa!, me decía ella. Y la canción de Blondie, One Way or Another, da para mover la cabeza a diestra y siniestra casi como si estuvieras escuchando Ace of Spades de Mötorhead, por ejemplo.

Eureka

Esta es la primera versión, que en los últimos capítulos ya aparece recortada, lo que es una pena. Eso sí, la música, calmada y pausada, llama a dar golpes ligeros con los dedos en la pierna de la persona que está a tu lado.

Parenthood

Para éste tenéis que ir a youtube, ya que ninguno de los que hay permite inserción. Esta cabecera no tiene mucho más que la propia canción de Bob Dylan, Forever Young. Es la versión rápida de las dos que hizo. Y en la versión que se vendió a otros países creo que la cambiaron por otro tema, supongo que por cosas de derechos.

The Cleveland Show

Perdonad por la calidad, pero no hay un vídeo mejor en youtube. La verdad es que la canción, así con los toques a lo tema disco de los 70, está chula, y la voz de Cleveland en ella se presta a imitarla y cantar a la vez que él.

Padre made in Caprica

Hace un mes más o menos, Syfy hizo lo que nadie esperaba: anunciar el estreno de la temporada 1.5 de Caprica tres meses antes de lo previsto. Una gran noticia para todos los que nos quedamos flipados con el cliffhanger con el que acabó el episodio 9. Hace dos días que pudimos ver la resolución de ese final, y no estuvo mal.

Y ya de paso, comento American Dad!, que se me olvidó en posts anteriores.

Caprica ha vuelto solucionando algunos de los problemas que se vieron en la primera mitad de su temporada de inicio. Vuelve más centrada en lo que quiere contar, más calmada, más serena.

El último capítulo antes del parón nos dejó con Cylon-Zoe a punto de estrellarse a propósito contra una barricada de coches de policía, mientras que Amanda Graystone estaba en la barandilla de un puente a punto de tirarase. La resolución de estos cliffhangers, aunque en cierto modo previsible, fue sutil y bien encajada en la trama del episodio.

Episodio que nos ha enseñado por un lado como en Caprica el Dr. Graystone se intenta sobreponer a la pérdida de su mujer y a la de su empresa, intentando recuperar esta última con la ayuda da la mafia de Tauron, siendo Joseph Adama el enlace entre ambos; y por el otro, en Gemenon, las luchas de poder entre Clarice y los STO contra ciertas figuras prominentes de la iglesia monoteísta, que cada vez tiene más similitudes con la Iglesia Católica, por cierto, con esa papisa que parece la máxima figura, y ese cónclave que se parece mucho al cónclave de cardenales. Y es que la religión y todo lo que conlleva está tomando cada vez más importancia en Caprica. Y luego, en el mundo virtual nos dejan caer que hay una especie de confrontación entre seguidores de Tamara y de Zoe, lo que pinta muy interesante.

Sin embargo, parece que personajes como Lacy o Sam, que siempre tuvieron importancia antes del parón, están perdiendo prominencia, haciendo alguna aparición esporádica en este capítulo 10. Estoy seguro que en próximos capítulos tendrán tramas propias, pero me ha extrañado.

En definitiva, bastante buen capítulo que parece que lleva la serie a su cauce después de toda la ida de olla de Adama dentro del mundo virtual.

La sexta temporada de American Dad! empezó con la celebración del episodio número 100, a pesar de que realmente era sólo el 97º que se había emitido. Y al principio del capítulo nos prometen que van a matar a 100 personajes, y la verdad es que cumplir, lo cumplen.

Una cosa que distinge a esta serie de las otras que forman el  «Animation Domination» de los domingos por la noche de la FOX es la falta de secundarios que duren más de un capítulo. Realmente, sólo tenemos cuatro o cinco en seis temporadas, mientras que The Cleveland Show (que aún está empezando a desarrollarla), y, sobre todo, Family Guy y más sobre todo aún, The Simpsons, tienen una profundidad de personajes mucho más amplia. ¿Entonces de dónde van a sacar 100 personajes para matar? Muy fácil, desconocidos que pasaban por ahí. De hecho, noventa y tantos son de un bus que se accidenta y explota.

El episodio en sí, ha estado bien. Falta la segunda parte por ver, y con ella el desenlace de la historia de Hayley, pero ha tenido sus momentos graciosos y ha estado entretenido. Ha sido un acierto recuperar y darle tanto tiempo en pantalla al director del instituto, porque sin duda ha sido él el protagonista de los mejores momentos.

Y bueno, el capítulo no dió mucho más de sí. Se nota que American Dad! es la que menos me gusta de las cuatro del bloque de la FOX, ¿no?

El almacén de los cachivaches viejos

Entre tanto estreno ya me había olvidado hasta de ver el season finale de la segunda temporada de Warehouse 13, esa serie de Syfy sobre artefactos sobrenaturales guardados en un almacén enorme. Entrada cortita para comentarlo, que aún ando pachucho y no me apetece mucho escribir hoy.

Han sido doce episodios que aunque no han dado mucho en términos de historia y mitología, sí que han entrado en varios campos muy interesantes.

Lo primero y lo más importante: la decisión de Myka (la actriz esta de produce tirria, pero más que nada porque tiene los mismos gestos y expresiones faciales que mi profesora de lengua de bachillerato) de dejar el Almacén, que viene a cuento de que por su error con respecto a H.G. Wells casi mata a la mayoría de la Humanidad. Me parece una decisión muy lógica sabiendo como es ella, y estaremos pendientes a como abordan este asunto en próximos episodios, pero estoy bastante seguro de que acabará volviendo a donde pertenece. Y por cierto, ¿soy el único que vió una cara de celos cuando Pete le dice a Kelly que es su «happiest place» y que le «love you»?

Hablando de estos dos, que forman la trama más insulsa e inútil de toda la temporada, que realmente sólo tuvo el único propósito de distraer al agente de Servicio Secreto. Es que justo cuando parecía que iban a ser felices, coge ella y también se marcha, cortando la recompensa emocional que supone el aguantarlos toda la temporada primero de odio, luego de coqueteos y luego de ya rollo puro y duro.

¿Y la aparición estelar de Jamie «Caracartón» Murray como H.G. Wells? Es lo que le da coherencia a la temporada, pero todo el mundo sabía que la cosa no iba a acabar bien cuando ya empezó mal. ¿Y Claudia protagonizando spin-offs y teniendo líos amorosos por ahí? Esta chica va a jugar un papel importantísimo en el futuro del Almacén, y es algo que ya nos lo están más que dejando caer. Y por supuesto, Leena desaparecidísima. Que la maten o algo, total no hace nada y así se ahorran un sueldo.

Una de las cosas que hemos visto sobre todo al final de la temporada es la profundización en la mitología de la serie. Ya nos han dicho dónde estaban los primeros almacenes y quién los fundó, y la verdad es que sabe a poco. Espero que en la tercera temporada, que asumo que habrá aunque aún no haya confirmación oficial, entren de lleno en este tema.

Esta segunda entrega ha hecho un mejor trabajo a la hora de equilibrar tanto a los personajes como a su presencia en las tramas, y sobre todo entre el ser un procedimental puro y seguir el arco argumental de la temporada. Ha conseguido precisamente lo que dije por la mañana que Fringe no había logrado.

En definitiva, un verano bastante sólido para Warehouse 13, que aunque no me guste tanto como Eureka, me entretiene bastante, que es para lo que está pensada.

Viajando en el tiempo de un pueblo fantástico

Eureka ha tomado en esta recién medio acabada cuarta temporada una par de decisiones bastante arriesgadas. Por un lado, han hecho temblar los cimientos o directamente derrumbado todas las relaciones personales y de poder entre personajes que había hasta el momento. Y por el otro, se han metido en el terreno de los viajes en el tiempo, algo que si no haces bien puede tirar por tierra la calidad de la serie. Esas decisiones han sido acertadas y han conseguido darle un nuevo aire a un show que ya empezaba a estancarse demasiado en el caso de la semana.

El viaje a 1947 de principio de temporada ha hecho que Carter y compañía se enfrenten a una nueva situación en su vuelta a casa, y ha permitido meter en la historia a un James Callis que se sale con éxito del papel de transtornado que había hecho en Battlestar Galactica y al final de FlashForward.

Tenemos a Carter y a Allison que por fin establecen una relación sentimental después de cuatro años de una tensión sexual no resuelta tan obvia que todos sabíamos que iba a acabar en la cama más tarde o más temprano, aunque ello supusiera dejara por el medio a una Tess que no iba a niguna parte y que tal como llegó se fue. Henry aparece casado en lo que es la línea argumental más floja de la temporada, Jo (que deja de trabajar para Carter) y Zane ya no están juntos y Fargo pues casi como siempre, pero siendo jefe de Global Dynamics. Y hablando de personajes, pues decir que no he echado nada de menos a Zoe, y los capítulos en los que estuvo pareció más una molestia que otra cosa.

Mientras todas estas situaciones se desarrollaban hacia lo que parece un remake calcado a como estaba antes del viaje en el tiempo, es decir, todo es lo igual pero no es lo mismo, seguíamos teniendo el caso de la semana, pero esta vez en muchos capítulos estaba directamente relacionados con lo que estaban viviendo los personajes y permitía y ayudaba a su desarollo personal, en vez de simplemente estar porque sí. El capítulo en los que todos se tienen que enfrentar a sus demonios personales personificados en alucinaciones es el máximo exponente de esto.

Por cierto, esta fue la temporada en la que pasó algo que ya se veía venir, el crossover con Warehouse 13 que nos confirma que las dos series pertenecen al mismo universo narrativo. Que Fargo y Claudia hayan sido los protagonistas quizá no es lo que quisieramos a priori, que era ver a Carter en el Warehouse y a Pete y Myka en Eureka, pero quizá era el más lógico. Son dos personajes con un perfil muy parecido, incluso diría que son el mismo personaje cambiado de sexo, y la verdad es que no hacían mal equipo. Seguro que no es el último crossover que veremos.

Resumiendo, ha sido una temporada bastante sólida. Espero que en la segunda parte, que me imagino que será en enero, siga en la misma línea.