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Momoco

29 Ago

Como sabréis, y si no os lo digo yo, más de una y de dos veces he comentado en este humilde blog mi amor por ese submundo seriéfilo que son los títulos de crédito. Desgraciadamente, en la televisión estadounidense la práctica de hacer un opening decente se va perdiendo, sobre todo en las grandes networks, que ven como los treinta segundos que duran son dos anuncios que dejan de emitir.

Menos mal que nos sigue quedando el Reino Unido. En las Islas los openings siguen predominando como principal carta de presentación de una serie, se sigue buscando llamar la atención del espectador a través de la originalidad en esos segundos que explican a los neófitos qué deben esperar de lo que están a punto de ver. Y dentro de los openings de las series británicas, hay unos que destacan por encima de ellos:

Misfits (Channel 4):

Strike Back Series 2 (Sky UK, Cinemax):

Luther (BBC):

Father & Son (ITV, RTÉ):

Monroe (ITV):

Después de ver los videos, los primero que salta a la vista es que estos openings tienen muchísimo en común. Usan una música que se podría calificar como verdaderos temazos sin excepción, aparece un color principal que eclipsa a todos los demás (Misfits gris, Luther rojo…), combinan a la perfección la utilización de fotogramas de la serie con dibujos y animaciones varias, las fuentes de letra son de apariencia sucia y vasta y casi siempre sans serif… Un montón de elementos comunes que lo primero que nos hace pensar es que son obra de una misma persona.

Y no estaríamos equivocados. Resulta que todos estos openings han salido de las mentes de la agencia Momoco, creada por Nic Benns y Miki Kato. Se han llevado multitud de premios por sus creaciones, hasta el punto de que han servido de espaldarazo para que se atrevieran a poner en marcha su propio proyecto de película, que se verá proximamente en la pantalla grande. Ahora mismo, son una de las agencias de diseño más de moda a nivel mundial, y con una muy buena razón: les sobra talento. Podéis ver todos sus trabajos en este campo en su web oficial, recomiendo echarles un ojo porque no tienen desperdicio.

La pereza de Hannah/Belle

30 Mar

Cuando se habla de series británicas, es ya casi de manual el mencionar que una de las grandes ventajas de sus temporadas de seis u ocho episodios frente a los doce, trece o veintidós estadounidenses es que se impide un estiramiento innecesario y se apartan tramas que no aportan nada a la historia principal.

Y eso suele ser lo normal, pero por supuesto, como en todo, las reglas tienen sus excepciones, y en este caso hay dos que sobresalen por encima del resto: Hustle y Secret Diary of a Call Girl. Esta última ha acabado su andadura con un series finale que no anduvo muy acertado, al nivel de toda su cuarta y última temporada.

Cuando empezó allá hacia 2007, Secret Diary of a Call Girl no es que fuera la polla en verso alejandrino, pero sí que tenía un punto que hacía que fuera una serie agradable de ver para pasar un buen rato. Sabía jugar muy bien con la rotura de la cuarta pared, era capaz de enganchar al espectador con una combinación única de morbo y comedia y humanizaba pero a la vez frivolizaba con un trabajo que normalmente es visto como un denigrante tabú de las sociedades modernas. Ah, y tenía a Billie Piper.

Tan sólo cuatro años y 32 capítulos después, a la serie se la nota cansada de sí misma, se ha vuelto perezosa. Sí, sigue usando los recursos que usaba al principio, pero ya no es lo mismo. Los personajes, quitando a Hannah/Belle, se han transformado en unos tipos totalmente bidimensionales, buscando un único objetivo y ya. Ben, a pesar de todo lo que pueda decir la prota sobre él, se ha vuelto un gilipollas egoísta. Y los nuevos, Poppy y el detective que no me acuerdo como se llama, directamente no pintan nada de nada en la serie. No aportan un carajo. Aunque hayan querido que el machote sirviera para darle una tercera opción a Hannah al final y para darle algo de emoción a un desenlace que se venía venir desde la mitad de la temporada, realmente hubiera sido lo mismo si no hubiera existido.

De todas maneras, entiendo lo que han querido hacer con ese final. Hay que recordar la trama de la segunda temporada, en la que Hannah/Belle deja su trabajo por culpa de un hombre, Alex, y encuentra la vida de currela de ocho a tres aburrida y rutinaria. ¿Y quien no, hija? De todas maneras, con la decisión que toma en los últimos minutos de metraje de continuar haciendo lo que le gusta, se muestra cierta evolución del personaje, se nos enseña que todo lo que le ha pasado en el campo amoroso la hizo madurar y darse cuenta de que por encima de todo, tiene que seguir con lo que realmente le da placer porque aunque a veces no lo parezca, nadie la va a comprender. Lo único decente del finale, porque lo que es el resto, pues bueno, se han dedicado a cerrar tramas a ritmo de treinta segundos por cada una de las otras dos a parte de la de Belle y fuera. Hasta se han permitido unos momentos de recordatorio sobre lo que se ha visto durante estos cuatro años que más que nostálgico me pareció cutre y ñoño.

Menos mal que se acabó ya, no quisiera imaginarme a dónde hubiera caído si llega a haber una quinta temporada. Si hubieran cerrado del todo en las primeras dos, la cosa hubiera cambiado mucho y Secret Diary of a Call Girl tendría mejor consideración en mi cabeza que con la que se ha quedado al final.

El inexplicable suceso de la casa de los Crawley

20 Feb

Aprovechando que Antena 3 está promocionando Downton Abbey, mi snobismo televisivo se dijo a sí mismo que no podía ser que una serie de la que se habla tan bien en el círculo blogueril seriéfilo sea emitida en España sin que yo la haya visto antes. Así que aprovechando que después de exámenes tengo unos días libres, me dispuse a comprobar si era capaz de cumplir las expectativas que la blogosfera en general había elevado tanto.

Desde luego, Downton Abbey es una serie superior a la media, y un más que agradable soplo de aire fresco entre toda la morralla televisiva que estamos teniendo que aguantar esta temporada (bueno, es un decir, que nadie me pone una pistola en la cabeza para que vea nada, vosotros ya me entendéis), pero sin embargo, mis expectativas no se cumplen del todo. Y el mayor problema no lo tengo ni con los personajes ni con el desarrollo de la historia, sino con un punto en concreto en el capítulo tres (y no sigáis leyendo si no la habéis visto aún) que además es el detonante de bastantes tramas que vienen en los siguientes episodios: la muerte del joven turco durante esa noche de pasión en la habitación de Lady Mary.

Para empezar, es un ejemplo de lo que se podría llamar Deus Ex Machina inverso, el que en vez de resolver la trama la embarulla aún más, y eso en una peli de acción tipo Die Hard vale, pero en una serie que hasta el momento estaba siendo tan buena me cortó muchísimo el rollo. Seguro que había formas mucho más fáciles de conseguir que la noticia de esa velada de lujuria entre la aristócrata y el diplomático saltara a la palestra sin tener que recurrir a ésta, que pareció tan forzada y artificial. El tema es que al ser un hecho central en la trama de la serie, este defecto tan grande estuvo siempre planeando sobre el resto de los episodios y no me permitió disfrutarlos como es debido. Y es una pena, porque es casi la única cosa que empaña una producción tan cuidada y de tanta calidad como Downton Abbey.

La gran baza a favor de esta serie de la ITV es la capacidad de lidiar con veinte personajes, procedentes tanto de la aristocracia como del servicio, sin parecer que está superpoblada ni agobiar al espectador con cuarenta tramas a la vez que no hubieran cabido ni aunque un elefante se sentara encima. Y además, hacerlos a todos lo suficientemente interesantes y con unos rasgos propios muy bien definidos. Por ejemplo, la cocinera Mrs. Patmore. Sí, ella tiene un ligerísimo arco argumental, pero no se llega a saber en ningún momento nada de su pasado a través de la historia. Es ella, a través de su manera de hablar y sobre todo de su acento, la que transmite cosas como su lugar de origen, Manchester, o la clase social de su familia, que evidentemente es baja. La única pega que tienen los personajes es que los que son buenos son muy buenos, solidarios, fieles, comprensivos y todas las virtudes que se les asocia a una buena persona, pero los malos son muy pero que muy cabrones. No hay termino medio ni claroscuros, en Downton todo es tan blanco y negro como las libreas de los criados.

Ahora, no se puede hablar de personajes sin mencionar a dos en concreto: Bates y la Condesa Madre. Aunque provengan de diferentes mundos, estos dos tienen algo en común: un actor y una actriz de lo mejorcito que he visto en lo que va de año. Dice Sepinwall que la ceja derecha de Maggie Smith podría actuar mejor que todo el elenco combinado de las series de la CW, y no le falta razón. Qué mujer más grande, y qué gran personaje le han dado. Esa mezcla de ignorancia tecnológica (por cierto, punto a favor para la serie por saber utilizar perfectamente los avances tecnológicos de la era en una doble función, situación temporal y alivio cómico), resistencia al cambio, clasismo y típico sarcasmo inglés aliñada con un punto escondido de bondad es una combinación explosiva. Y Brendan Coyle, como el recién llegado valet del Conde de Grantham, sabe transmitir perfectamente esa calma exterior que realmente esconde un cabreo enorme con O’Brien y Thomas y un dolor profundo por los hechos de su pasado.

Ya véis, Downton Abbey sí es una buena serie, aunque acaso está un pelín sobrevalorada. Si no fuera por el turco hubiera ganado muchos puntos más en mi escala personal. Lo que no quita que cuando estrenen la segunda temporada a finales de este año esté al pie del cañon con el uTorrent preparado para la descarga, claro.

Hacia los fuegos artificiales

9 Feb

Casi cada año se escucha la misma letanía: la temporada de Secret Diary of a Call Girl que acababa de terminar iba a ser la última. Al final, esos rumores siempre se dispersan en cuanto Billie Piper anuncia que ha firmado un nuevo contrato que le hará ganar más dinerito con cada episodio, pero esta vez parece que va a ser cierto y que la cuarta, que empezó la semana pasada, va a ser realmente la de la despedida y cierre.

Si realmente va a ser la última, necesitarán terminarla con unos grandes fuegos artificiales, pero para poder hacerlo primero tienes que ir a comprar la pólvora. El final de la tercera temporada, con esa nota de Ben, parece que da los primeros pasos hacia la tienda, pero en la premier de la cuarta se nos informa de que está ya todo lo necesario adquirido y listo para el montaje. Ahora, ensamblarlo todo correctamente para la gran explosión es responsabilidad del equipo de guionistas.

Siendo Belle/Hannah una experta en llevar una doble vida, lo lógico es que la serie siga una estructura de doble trama por temporada mas el cliente de la semana. Parece que este año no vamos a ver una excepción a esa regla. En la parte profesional, en la que no se ha profundizado mucho en este primer episodio más allá de insinuarnos que cada semana vamos a ver a un cliente más… digamos extraño que el anterior, la detención salida de la nada de Stephanie nos da una pequeña pista de cuál va a ser el futuro más allá del final de la serie de nuestra ninfa de la baja estofa favorita. A pesar de que Belle se resista a ejercer de madame, tiene pinta de ser un mundo aún más lucrativo e igual de glamouroso que en el que está metido ahora, sólo una cosa podría interponerse entre ella y la jefatura de las mujeres de la noche: su vida personal.

Y es que Hannah lo tiene bastante complicado en ese campo. La nota de Ben creó un rastro de caos y destrucción del que ni siquiera un viaje a las Maldivas pudo hacerla escapar, y ahora tiene que tomar una decisión. No nos engañemos, al fin y al cabo la única diferencia entre Secret Diary of a Call Girl y una comedia romántica típica es que esta serie es un poco mucho más subida de tono de lo normal, y me extrañaría mucho que dentro de siete capítulos, cuando acabe la temporada, no acabaran juntos. Pero mientras, el proceso de arrejuntamiento promete ser lo suficientemente duro como para que la prostituta tenga que plantearse ya no sólo la faceta amorosa, sino su paradigma vital completamente. La gracia va a estar en ver si lo aceptará de buenas maneras o se acabará cagando en la puta.

¿Qué voy a ver en la midseason 2011?

9 Ene

Hoy domingo empieza la midseason de verdad, así que va siendo hora de darle un repaso a los nuevos estrenos que tengo pensado ver a no ser que haya un cataclismo de proporciones apocalípticas, de echarle un ojo a otras a ver qué tal están, y de repasar qué series de las que ya seguía antes comienzan temporada nueva; todo durante enero y febrero. Por supuesto, este calendario está sujeto a posibles añadidos una vez que la gente vaya hablando de otras series que en principio no tenía pensado ver.

Nuevos estrenos

Episodes (9 de enero, Showtime)

Shameless US (9 de enero, Showtime)

Lights Out (11 de enero, FX)

Spartacus: Gods of the Arena (21 de enero, Starz)

Mr. Sunshine (9 de febrero, ABC)

Le echaremos un ojo

Bob’s Burgers (9 de enero, Fox)

Skins USA (17 de enero, MTV)

Portlandia (21 de enero, IFC)

Nuevas temporadas

V (2ª, 4 de enero, ABC ): Tenéis por aquí mis opiniones sobre el primer episodio de este año.

Hustle (7ª, 7 de enero, BBC)

Californication (4ª, 9 de enero, Showtime)

Shameless (8ª, 10 de enero, Channel 4)

The Ricky Gervais Show (2ª, 14 de enero, HBO)

Parks and Recreation (3ª, 20 de enero, NBC)

Royal Pains (2.5ª, 20 de enero, USA)

Archer (2ª, 27 de enero, FX)

Skins (5ª, 27 de enero, Channel 4)

Secret Diary of a Call Girl (4ª, 27 de enero, ITV)

Justified (2ª, 9 de febrero, FX)