Qué media decepción el final de Entourage. Después de tres temporadas (a pesar de que la 7ª me gustó) que no llegaron a la suela de los zapatos de los grandes momentos de la serie de alla por las temporadas 2 y 3, al menos tenía la esperanza de que Doug Ellin, Mark Wahlberg y compañía decidieran currarse un poco el que se supone que es el punto culminante de la serie. Pero no, no cayó esa breva.
Vamos a ver, teniendo en cuenta el tono general de la serie, que no es más que un entretenimiento sin pretensiones ni profundidad en la que absolutamente todo siempre acaba con final feliz, hubiera sido una traición al espíritu de Entourage darle la puntilla a las tramas con otra cosa que no fueran arcoiris y unicornios rosas. Hasta ahí Doug y yo estamos de acuerdo. Mi principal problema está en el cómo se ha llegado a acabar así: dicho simple y llanamente, es todo demasiado fácil. Otros, como Sepinwall, incluso han dicho que es un final vago, y no precisamente vago de impreciso. Yo no quiero usar esa palabra, pero tampoco la veo tan alejada de la realidad.
Yo entiendo que después de ocho años de serie estén todos un poco hasta los huevos. Pero macho, que me cuenten que Turtle se vuelva millonario porque Vince, (¡Vince!) tenga una mente empresarial más lúcida que él y haya comprado las acciones de Avion por la espalda para luego regalárselas… Clama al cielo. Ah, no, espera, que Vince (¡Vince!) en dos capítulos ha conquistado a una superperiodista inglesa que le tenía tirria (¿no es curioso como en Estados Unidos cada vez que se quiere que algún personaje aparente más inteligente que los demás se le ponga acento inglés?) y se casa con ella. Y que Vince (¡Vince!) sea quien arregle todo el desaguisado entre Sloan y E, de una manera muy cuca, sí, tanto que es poco creíble. Y todo esto mientras Scott Lavin tiene por fin su epifanía: no es más que una carga para la serie, y toda esta temporada debería de haberse quedado en casita haciendo encaje de bolillos. Si tenemos en cuenta la tendencia de Entourage de joder lo que estaba bien para luego volver al status quo, sobre todo con las mujeres que aparecen en la vida de los bros, ejecutar así la conclusión de Turtle, Vince y E no da sensación de series finale. Como mucho de un final de temporada en el que sabes que en el próximo capítulo lo que quedó bien volverá hecho una mierda. Han faltado los fuegos artificiales, vaya.
Quiero imaginar que la razón de que haya acabado como acabó es por mostrar una evolución de personajes. Lo mítico de ver como pasan de ser cuatro tíos obsesionados con el sexo, las drogas y el rock and roll a gente responsable que se ha sabido labrar una vida profesional y amorosa de éxito. ¿Sabes que pasa? Ya no me lo creo. Por muy de buen rollo que vengas y por mucho que te vayas de serie para no pensar, lo que no se puede hacer es condensar ocho temporadas en las que no has hecho ni el huevo en este sentido en dos tristes capítulos. No cuela, sorry.
La única trama con una resolución que me ha contentado hasta cierto punto ha sido la de la arroutada de Ari Gold, provocada por su hija y la ópera que le manda escuchar (…). Ari siempre ha sido un personaje mucho más complejo y completo que los demás, y por tanto se merecía una conclusión más compleja y completa que los demás. Sabemos desde un principio que su familia es importante para él, en eso nos han insistido casi hasta la extenuación, por lo que realmente no extraña que él también haya tenido su epifanía y decida dejarlo todo para pirarse por ahí con ellos. Still, me ha quedado claro que su historia ha quedado más enfocada a vendernos la película (literalmente) que a darle un verdadero final, como se ha visto en la escena de después de los títulos de crédito, dejándome un sabor muy agridulce. Pues vale.
Pero bueno, a pesar de todo, voy a echar de menos Entourage. Puede tener mil defectos, puede ser previsible y estática, pero era entretenida como ella sola. Los capítulos se me pasaban en una extenuación, y dudo que en mucho tiempo haya una serie de media hora que sea capaz de llevar el ritmo endiablado que llevaba ésta.