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Yo lo intenté

9 Oct

Hay veces que quieres que una serie te guste. Lo deseas con todas tus fuerzas. Pero no lo consigues. Lo intentas y lo intentas, y dices cosas como «el siguiente capítulo seguro que es mejor» u «otra oportunidad, venga». Pero es que llega un momento en el que no aguantas más y la mandas por ahí, porque por mucho que lo hayas intentado, la serie te aburre más que escuchar a Rajoy leer el Antiguo Testamento.

Exactamente eso es lo que me pasa a ver Capadocia. Aguanté los primeros cinco capítulos y pedí papas.

Capadocia: Un lugar sin perdón va de la historia de diferentes mujeres que están presas en la primera cárcel privada experimental de México, de las circunstancias que las llevaron a ella, y de todos los tejemanejes políticos para intentar abrir más cárceles de ese tipo. Los personajes son los que esperas: está la directora la de cárcel, la guardia, los políticos corruptos, las presas buenas y las malas, el psicólogo… Casi todos son prototípicos de las series carcelarias, así que sin novedad en ese frente.

Lo más interesante quizá sean las historias de las presas. Muchas de ellas son mujeres normales y corrientes que, ya sea por un mal día en su vida o por desesperación, acaban cometiendo crímenes de los que no se sienten muy orgullosas que digamos. Estas historias normalmente nos son contadas a través de flashbacks si es el caso de una presa que ya está allí desde hace tiempo.

Pero Capadocia tiene varios problemas. Lo primero, tiene una falta de ritmo bestial. No es que sea lenta, es que es desesperante, aburrida y superpretenciosa. Está llena de metáforas visuales en momentos que no vienen a cuento, que a veces cumplen su objetivo y la mayoría de las otras no.

Lo segundo es que a pesar de verse que ha habido inversión, hay algunos momentos en el que da una sensación de cutrez aplastante. La pelea en el primer episodio entre Lorena y Mayte, cuando ésta úiltima se cae por las escaleras es mala de cojones, y está fatal coreografiada.

Y lo tercero, es la duración de los capítulos. Con Capadocia directamente no sabes a qué atenerte. Uno te dura 55 minutos, y de repente el siguiente hora y media, y dentro de dos hora y 10. Es una irregularidad que llega a molestar bastante.

Sinceramente, yo si fuera vosotros no me molestaría en verla. Y si lo hacéis, hacedlo con unas cuantas latas de cocacola cerca para no quedaros dormidos, porque madre mía.