Y como vino se fue: la tercera temporada de Metalocalypse ya se ha acabado. Cierto es que han sido los cinco capitulos de la segunda parte, pero personalmente me han sabido a muy poco.
Además, ha empezado la segunda de la gamberrada esa llamada Blue Mountain State.
Qué rápido pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando hablé por estas tierras del inicio de la segunda parte de la tercera temporada de Metalocalypse.
Estos cinco capítulitos que casi parecieron un regalo de Adult Swim al mundo, han mantenido la línea de la serie bastante bien, aunque por fin han decidido a dar el paso y de cuando en cuando salir del death metal en las canciones y explorar otros géneros del rock. El tema que Pickles canta cuando se entera de que tiene que ir a rehabilitación es un buen ejemplo de ello.
Para mí, la revelación de esta temporada ha sido Toki Wartooth, que se ha convertido en el noruego más gracioso de la televisión actual (también es el único que conozco, claro). Esa ingenuidad y ese tener un mundo de fantasía en su cabeza, juntos con esos oneliners tans oportunos hacens del guitarra rítmicos de Dethklok el mejors presojanes de la series. En cierto modo me recuerda a Brittany en Glee, y ambos se están comiendo sus respectivas series.
Sin embargo, se ha echado hasta cierto punto de menos toda la historia de la conspiración para acabar con Dethklok, de la que en esta temporada ni rastro… hasta el season finale, en la que han abierto la trama para la cuarta temporada con ese Proyecto Nosequé y la el conocimiento que Charles tiene de él, así que suponemos que va a ser el intento de pararlo lo que centre algunos capítulos de la temporada venidera.
Blue Mountain State es una serie con la que tengo una relación de amor/odio. No me debería de gustar, porque realmente es una mierda en la que todo su humor sólo se basa en culos y tetas y chistes de pedos, pero me entretiene muchísimo y de vez en cuando sí me hace reír. Lo que vimos hasta el momento en este segundo año sigue esa pauta, aunque me dio la impresión de que ha perdido un poco de fuelle respecto al año pasado ya que algunas bromas y situaciones se vieron quizá un pelín forzadas, sobre todo en lo que en teoría era el primer episodio.
Y es que lo que no entiendo es qué ha hecho la cadena Spike con la segunda temporada. Un sábado te mete el segundo capítulo como preview de lo que viene, y el día regular de emisión pues echa la season premiere. Una cosa bastante rara que lo único que hace es confundir a los espectadores.
Una de las cosas que más esperaba era cómo iban a tratar la marcha de Shilo, provocada por la detención por posesión de drogas de Sam Jones III, que se enfrenta a una condena de hasta 20 años de cárcel. No se liaron mucho, una frasecita rápida, casi por compromiso, al principio del primer capítulo que nos explica que se marchó a Georgia Tech. Fácil, sencillo y no apto para toda la familia.
Pues eso, si no os va el humor tipo American Pie o Animal House, no os molestéis en verla. Si sí que os gusta ese tipo de coñas, pues no sé a qué estáis esperando.