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¿Qué fue de Jorge Sanz?

12 Feb

No es la primera vez que oigo por ahí que Canal + tiene la intención de convertirse en una suerte de HBO a la española, signifique eso lo que signifique. La característica más conocida y evidente de la cadena de pago estadounidense es, como todos sabéis, la inmensa calidad media de sus ficciones originales, así que El Plus decidió tirar también por ese camino y empezar a emitir series de producción propia. Qué fue de Jorge Sanz fue la primera y la única que he visto por el momento, luego vendría Oído Canibal y creo que o acaba o está a punto de empezar Crematorio, de las que me imagino que hablaremos en algún momento en el futuro de este vuestro blog.

No me esperaba mucho de Qué fue de Jorge Sanz, la verdad. Sí, había leído varias críticas que la ponían muy bien, pero es que las series españolas me tienen muy acostumbrado a los palos, por eso deje de verlas (salvo contadas excepciones, claro). Hete aquí mi sorpresa cuando me encuentro con que la serie creada por el propio actor y David Trueba es buena, muy buena. Y no sólo para los estándares españoles, si no buena de verdad.

Esta serie de seis capítulos sigue las andanzas de la vida diaria (qué no sé hasta que punto está ficcionalizada, la verdad) del que una vez fue uno de los actores de oro de este país, Jorge Sanz. Y eso incluye verlo tanto en el AVE a Barcelona a ver a su hijo como yendo al médico como ligando o como intentando conseguir un crédito. Él está en un momento de su vida en el que no le va muy bien en ningún ámbito, ni el profesional ni el personal, y en el que muchas veces acaba teniendo que capitalizar, consciente o inconscientemente, esa antigua fama para conseguir sus objetivos, y no siempre con el resultado que al actor le gustaría.

Qué fue de Jorge Sanz tiene un estilo muy británico. Son sólo seis capítulos, la duración normal de una temporada en el país del fish & chips. Más allá de eso, la serie podría haber sido escrita perfectamente por Ricky Gervais. Cada capítulo empieza con una escena de las películas clásicas de Sanz que o resume o crean la atmósfera del episodio, para luego pasar a ver a Jorge despertándose (a veces en los sitios más raros del mundo) y a la cabecera, en la que se ve al tío afeitándose, desayundando o echando un truño, lo que hace cualquier persona normal, vamos.

Sin embargo, a pesar de lar la apariencia de ser una serie que se basa en lo mundano de la vida, está cargada de simbolismo (o al menos eso me parece, que es muy fácil tirarse el moco hablando de estas cosas y estar totalmente equivocado, vaya). Dos ejemplos. La primera escena real de la serie, en el episodio inaugural, nos presenta a Jorge Sanz amaneciendo en la mitad de la escalera de su casa, quizá como una metáfora de su carrera en la que no llegó a triunfar completamente al nivel de Pe o Bardem y despertándose del sueño que fue su etapa como estrella nacional para encontrarse en la miseria artística. U otro, el hecho de que casi todas las tías a las que se liga a lo largo de la serie se llaman Sonia, como su ex-mujer y madre de su hija, quizá sugiera que lo que realmente está buscando es un sustitutivo para ella, sin mucho éxito.

Por supuesto, también tiene cierto comentario sobre la gilipollez que hay en el sistema audiovisual español. Todo el tema de la serie que le ofrecen, que va sobre un actor al que le ofrecen una serie de superhéroes en lo que es sin duda un metacomentario bastante poco sutil, es simplemente la excusa para hacer una crítica a lo pretencioso que se puede llegar a ser siendo guionista o director. Hay una frase dicha por uno de los responsables de la serie dentro de la serie que es más o menos que la producción será «rollo HBO para niños de 14 a 18 años». Eso lo dice todo.

Como veis, no tengo nada negativo que decir de Qué fue de Jorge Sanz, básicamente porque no lo hay. Puede ser mejor o peor, pero fallo realmente no tiene ninguno. Los personajes están muy bien, con mención especial para ese agente que tiene Jorge, que no tiene ni puta idea de su trabajo; los actores invitados están grandísimos, ese discurso de Galiardo en el episodio de los Goyas fue enorme e incluso Resines está bien. Y en un detalle que para mí fue bastante sorprendente, por fin he visto un uso normalizado de una lengua cooficial en una serie de emisión estatal, sin que solo sirva para hacer el mítico chascarrillo de coña o para ridiculizar a alguien. Y todo eso, a pesar del poco presupuesto que tenían, demostrando una vez más que con guión e inteligencia no hace falta tener millones de euros para hacer algo decente. En definitiva, queda recomendadísima.