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Especial Superbowl XLV (I): Los episodios post-Superbowl

3 Feb

(Este domingo 6 de febrero se disputa el partido más esperado del año, la Superbowl XLV, que una vez más dirimirá el campeón final de la NFL enfrentando al campeón de la Conferencia Nacional, los Green Bay Packers, con los de la Conferencia Americana, los Pittsburgh Steelers. Esa noche Estados Unidos se para completamente, así que para no ser menos y crear algo de ambientillo, pararé yo también las actualizaciones normales y haré este especial. Espero que os guste y… Go, You Packers!)

Probablemente una de las mejores cosas que le puede pasar a una serie estadounidense es el ser elegida para llenar el hueco que queda después de la Superbowl, la final de la NFL. Aunque normalmente el partido se suele alargar hasta las diez y media u once de la noche en horarios de la costa este, el efecto arrastre de audiencia que deja la Superbowl asegura, salvo excepciones, unos ratings de entre 20 y 40 millones de personas, lo que es una barbaridad teniendo en cuenta que ahora mismo, salvo American Idol, el propio fútbol americano y NCIS, no suele haber audiencias mayores de 16-17 millones en una noche normal.

Este año el honor le corresponde a Glee, la serie del momento para la Fox, que parece que se tirará a la piscina con un episodio especial basado en el Thriller de Michael Jackson. Esto cuadra perfectamente con una de las estrategias a las que se recurre normalmente en estos casos, que es poner alguno de los programas que normalmente atrae mayores audiencias para la cadena, con la esperanza de retener el mayor número posible de público y poder vender paquetes publicitarios durante una hora más a precio de oro, siendo una la mayor noche del año en cuanto a ingresos publicitarios se refiere. Llama la atención el caso de Friends, que tuvo su oportunidad en 1996 y la aprovechó extremadamente bien, sacando casi 53 millones de audiencia, la mayor de la historia en este slot en concreto, récord al que se acercó la premiere de la segunda temporada de Survivor con algo más de 45 millones en 2001, siendo otro caso de este tipo de programación.

Sin embargo, existen también otras estrategias. Por ejemplo, es también bastante habitual ver como se programa un estreno en esa hora para darle una mayor exposición pública. Aunque esto cayó en desgracia después del fiasco en 1995 de Extreme, un programa de aventuras de ABC que se estrenó tras la victoria de los 49ers en la Superbowl XXIX y que a pesar del empuje que significó tener casi 23 millones de audiencia en su primer episodio aguantó sólo siente episodios en el aire por culpa de los bajos números posteriores. Family Guy y American Dad se estrenaron así en la FOX, y el último ejemplo de esto ha sido el reality Undercover Boss, el año pasado en la CBS.

Pero la estrategia más arriesgada de todas la puso en práctica la ABC en 2003 con la serie de J.J. Abrams y Jennifer Garner Alias, tratando de darle un empujón a una serie que siempre tuvo mucho éxito de crítica y un gran seguimiento de culto, pero en lo que fue audiencias siempre anduvo en un pelín más de la justa y necesaria para ir renovanado temporada tras temporada y ya, hasta terminar en 2006 como víctima de la Maldición de Mork y Mindy (ya hablaré de esto un día porque es realmente curiosa). A la cadena propiedad de Disney no le salió muy bien la jugada, consiguiendo sólo 17 millones y reteniendo sólo un 19% de la audiencia del partido, y todo a pesar de cómo empezó el capítulo.

Como os podéis imaginar, no es casual que se eligiera ese episodio (por cierto llamado «Phase One») para meter una una Garner muy ligerita de ropa. Los capítulos post-Superbowl suelen contener argucias publicitarias varias, normalmente estrellas invitadas o grandes revelaciones, para mantener el interés en una noche en la que todos los ojos están puestos en un balón ovalado. Por ejemplo, el «The One After The Superbowl» de Friends fue una entrega doble en la que salían como actores invitados, entre otros, Julia Roberts, Chris Isaak, Jean-Claude Van Damme y Brooke Shields. O el de House en 2008, «Frozen», en el que vimos la vuelta de Amber.

Ya véis, la noche de la Superbowl es realmente un también un gran acontecimiento para el mundo de la tele en Estados Unidos, y tengo la sensación de que Glee se acercará fácilmente el domingo a los 35 millones de televidentes, todos pendientes de la que se va a montar en un episodio que costó entre 3 y 5 millones de dólares, el más caro de la historia para uno emitido en este horario tan especial. Seguro que no decepciona.