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Tres chalados en un piso

24 Ene

¿Os acordáis de una serie de tres tipos vestidos de traje llamada Stella que echaban en los principios de Cuatro a las 4000 de la mañana en un bloque de comedia un poco chusco que incluía George and Mildred y Man About The House (Un hombre en casa)? Yo tampoco lo haría, si no fuera por un par de visionarios con buena memoria que la recordaron en los comentarios de uno de los últimos posts del Naranjito Mecánico. En ese momento me dí cuenta de que efectivamente había visto alguna vez algún capítulo suelto de los diez que conforman la única temporada que tiene. De lo que no me acordaba era de lo buena que era.

Como casi todo el humor moderno, el de los chicos de Stella es de ese que o le profesas amor o un odio irracional. No hay termino medio. Sin embargo, aunque no te guste, lo que no se puede decir es que sea un humor vago. Cuando tienes dos personajes que se llaman igual, y en 10 capítulos no haces la mítica de que alguien los confunda por los nombres, es que no quieres resignarte a meter los clichés típicos del género. Pues Michael, Michael y David llevan al extremo eso mismo, la originalidad y el surrealismo puro y duro mezclado con bastante falta del sentido del ridículo y ganas de hacer pasar vergüenza ajena al espectador.

La serie va de tres tipos vestidos siempre con traje y bastante peculiares que viven juntos en un piso, con tres vecinas en el de abajo que tienen pinta de ser como ellos, pero algo más serias. Básicamente, ellos pasan su tiempo persiguiendo las ideas que se les ocurren al principio del capítulo, que suelen empezar siendo una chorradita como mirar el tiempo que hace o irse a tomar un café, y que poco a poco van escalando hasta llegar a un estado de ida de olla total. En ese sentido me recuerda mucho a algunos capítulos de Family Guy o The Simpsons, porque también hacen bastante uso de los cutaway gags tan típicos de la animación estadounidense para adultos.

Una parte importante de la serie son las canciones, de las que suele haber una por capítulo, tan repletas de humor y sarcasmo; pero también la metáfora y la crítica, que muchas veces no es tan velada como podría parecer. Por ejemplo, se usa el bigote postizo para simbolizar las drogas, probablemente la marihuana. Tengo la impresión de que muchas veces es simplemente una vía para rodear la censura de la cadena y de las marcas que se publicitan en Comedy Central, pero aún así son capaces de hacerlo de manera inteligente y graciosa.

Como digo, Comedy Central la canceló al acabar su primera temporada de sólo 10 capítulos. Sé que hiceron luego otra serie llamada Michael & Michael Have Issues en la que David ya no estaba, y que también duro sólo un único año, así que en el próximo parón en Estados Unidos habrá que echarle un ojo. Pero mientras, si aún no habéis visto Stella, lo que es muy posible, no sé a qué esperáis. Y si ya habéis visto toda, siempre podéis buscar los cortos que dieron origen a la serie. La cosa es ver algo de estos tipos, que merecen mucho la pena.

Empieza la Navidad

23 Nov

El típico dicho «Es que la Navidad empieza cada año más pronto» es cierto, y si no que se lo digan a Futurama, que a 21 de noviembre ya emitió su especial de Navidad, titulado «The Futurama Holiday Spectacular», como decimotercer capítulo de la sexta temporada y último del 2010.

La verdad sea dicha, este capítulo no me ha gustado mucho. Ha tenido sus momentos buenos, pero lo que han sido las historias en sí me han parecido bastantes vagas y poco graciosas. Lo que es una pena, porque lo que se vió hasta ahora de la sexta temporada ha mantenido muy bien el nivel de la serie, dándonos esa mezcla tan característica de diálogos y situaciones surrealistas y frikidad avanzada.

Este especial ha estado dividido en tres partes, al estilo de los «Treehouse of Horror» de The Simpsons o de los «Anthology of Interest» de la propia Futurama, y cada una ha estado centrada en una religión diferente, aunque siempre con el medio ambiente como motivo de fondo.

En la primera parte, las Navidades cristianas han sido la excusa para tratar con la reforestación de los bosques y el calentamiento global; la segunda revisita aquellas vacaciones que Bender se había inventado para escaquearse del curro, el Robanukah, como vehículo para llegar a la crisis del petróleo; y la tercera y última es sobre el Kwanzaa y el problema de la desapación de colonias de abejas. Como digo, no hay parte que se salve, aunque quizá la mejor haya sido la primera.

Quizá lo mejor del capítulo haya sido la crítica a la mercantilización de las fiestas y la excesividad de la publicidad a través de la omnipresente y cada vez más pronunciada influencia de la marca de nueces que empieza patrocinando el programa. No fue precisamente sutil, pero sí fue efectiva. Las canciones que pide Fry y que salen al principio de cada historia también están ahí ahí, pero cuando entre lo mejor de un capítulo de una serie que no es un musical son las canciones, chungo.

Al final de este especial, Al Gore se encarga de recordarnos que Futurama volverá en 2011 con lo que queda de sexta temporada. Espero que sea más como lo visto hasta ahora que como el Especial de Navidad.

Las segundas partes a veces también son buenas

3 Sep

Ayer tuvimos otro season finale más, el de la sexta temporada de la contra todo pronóstico resucitada Futurama. Comedy Central ha emitido doce episodios, que se complementarán con un especial de Navidad, después de haber estado casi cinco años sin capítulos nuevos (si no contamos las películas lanzadas directamente a DVD, claro).

Y, la verdad, no podían haber vuelto mejor.

En mi humilde opinión, esta temporada quizá ha sido la mejor de todas las que han emitido hasta ahora. Lo que es una verdadera alegría teniendo en cuenta como han conseguido que se la den, gracias a las ventas de unas películas en DVD que eran bastante mediocres, siendo generosos.

Siempre me ha gustado Futurama, más que nada por la cantidad de frikadas por minuto que aparecían en pantalla, por los huevos de pascua matemáticos que aparecían constantemente y por los personajes, que me hacen mucha gracia. Pero soy capaz de reconocer que las primeras temporadas tenían bastantes fallos en lo que son las historias en sí. A veces no eran muy originales, a veces estaban muy recargadas.

En esta temporada ese aspecto se ha mejorado bastante. Quizá la inclusión de más puyas aún contra la situación de la sociedad actual haya contribuído. Tuvimos varios capítulos memorables, mención especial para el tercero, «Attack of the Killer App» (el del eyePhone) a pesar de que ese final diera la sensación de que se han comido una segunda parte del capítulo; para el sexto ,»The Late Philip J. Fry», que es en el que inventan la máquina del tiempo que sólo va para adelante; y el noveno, «A Clockwork Origin», donde se ríen un poco del debate evolución vs. creacionismo.

Si hay que ponerle alguna pega a esta temporada, ha sido que quizá algunos personajes no han sido tan utilizados como a mi me gustaría. Cubert o Zapp y Kif, y sobre todo Zoidberg, han estado bastante ausentes. Además, la escritura de algunos personajes que sí han estado, como la de Leela, ha sido bastante irregular durante el resto de la temporada, salvando un poco la season finale.

En definitiva, temporada muy sólida que hace presagiar un gran futuro para una Futurama que ya tiene una temporada más asegurada. Ojalá vengan muchas más.