Entre tanto estreno ya me había olvidado hasta de ver el season finale de la segunda temporada de Warehouse 13, esa serie de Syfy sobre artefactos sobrenaturales guardados en un almacén enorme. Entrada cortita para comentarlo, que aún ando pachucho y no me apetece mucho escribir hoy.
Han sido doce episodios que aunque no han dado mucho en términos de historia y mitología, sí que han entrado en varios campos muy interesantes.
Lo primero y lo más importante: la decisión de Myka (la actriz esta de produce tirria, pero más que nada porque tiene los mismos gestos y expresiones faciales que mi profesora de lengua de bachillerato) de dejar el Almacén, que viene a cuento de que por su error con respecto a H.G. Wells casi mata a la mayoría de la Humanidad. Me parece una decisión muy lógica sabiendo como es ella, y estaremos pendientes a como abordan este asunto en próximos episodios, pero estoy bastante seguro de que acabará volviendo a donde pertenece. Y por cierto, ¿soy el único que vió una cara de celos cuando Pete le dice a Kelly que es su «happiest place» y que le «love you»?
Hablando de estos dos, que forman la trama más insulsa e inútil de toda la temporada, que realmente sólo tuvo el único propósito de distraer al agente de Servicio Secreto. Es que justo cuando parecía que iban a ser felices, coge ella y también se marcha, cortando la recompensa emocional que supone el aguantarlos toda la temporada primero de odio, luego de coqueteos y luego de ya rollo puro y duro.
¿Y la aparición estelar de Jamie «Caracartón» Murray como H.G. Wells? Es lo que le da coherencia a la temporada, pero todo el mundo sabía que la cosa no iba a acabar bien cuando ya empezó mal. ¿Y Claudia protagonizando spin-offs y teniendo líos amorosos por ahí? Esta chica va a jugar un papel importantísimo en el futuro del Almacén, y es algo que ya nos lo están más que dejando caer. Y por supuesto, Leena desaparecidísima. Que la maten o algo, total no hace nada y así se ahorran un sueldo.
Una de las cosas que hemos visto sobre todo al final de la temporada es la profundización en la mitología de la serie. Ya nos han dicho dónde estaban los primeros almacenes y quién los fundó, y la verdad es que sabe a poco. Espero que en la tercera temporada, que asumo que habrá aunque aún no haya confirmación oficial, entren de lleno en este tema.
Esta segunda entrega ha hecho un mejor trabajo a la hora de equilibrar tanto a los personajes como a su presencia en las tramas, y sobre todo entre el ser un procedimental puro y seguir el arco argumental de la temporada. Ha conseguido precisamente lo que dije por la mañana que Fringe no había logrado.
En definitiva, un verano bastante sólido para Warehouse 13, que aunque no me guste tanto como Eureka, me entretiene bastante, que es para lo que está pensada.
Diario de un seriéfilo 