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EntourBye

13 Sep

Qué media decepción el final de Entourage. Después de tres temporadas (a pesar de que la 7ª me gustó) que no llegaron a la suela de los zapatos de los grandes momentos de la serie de alla por las temporadas 2 y 3, al menos tenía la esperanza de que Doug Ellin, Mark Wahlberg y compañía decidieran currarse un poco el que se supone que es el punto culminante de la serie. Pero no, no cayó esa breva.

Vamos a ver, teniendo en cuenta el tono general de la serie, que no es más que un entretenimiento sin pretensiones ni profundidad en la que absolutamente todo siempre acaba con final feliz, hubiera sido una traición al espíritu de Entourage darle la puntilla a las tramas con otra cosa que no fueran arcoiris y unicornios rosas. Hasta ahí Doug y yo estamos de acuerdo. Mi principal problema está en el cómo se ha llegado a acabar así: dicho simple y llanamente, es todo demasiado fácil. Otros, como Sepinwall, incluso han dicho que es un final vago, y no precisamente vago de impreciso. Yo no quiero usar esa palabra, pero tampoco la veo tan alejada de la realidad.

Yo entiendo que después de ocho años de serie estén todos un poco hasta los huevos. Pero macho, que me cuenten que Turtle se vuelva millonario porque Vince, (¡Vince!) tenga una mente empresarial más lúcida que él y haya comprado las acciones de Avion por la espalda para luego regalárselas… Clama al cielo. Ah, no, espera, que Vince (¡Vince!) en dos capítulos ha conquistado a una superperiodista inglesa que le tenía tirria (¿no es curioso como en Estados Unidos cada vez que se quiere que algún personaje aparente más inteligente que los demás se le ponga acento inglés?) y se casa con ella. Y que Vince (¡Vince!) sea quien arregle todo el desaguisado entre Sloan y E, de una manera muy cuca, sí, tanto que es poco creíble. Y todo esto mientras Scott Lavin tiene por fin su epifanía: no es más que una carga para la serie, y toda esta temporada debería de haberse quedado en casita haciendo encaje de bolillos. Si tenemos en cuenta la tendencia de Entourage de joder lo que estaba bien para luego volver al status quo, sobre todo con las mujeres que aparecen en la vida de los bros, ejecutar así la conclusión de Turtle, Vince y E no da sensación de series finale. Como mucho de un final de temporada en el que sabes que en el próximo capítulo lo que quedó bien volverá hecho una mierda. Han faltado los fuegos artificiales, vaya.

Quiero imaginar que la razón de que haya acabado como acabó es por mostrar una evolución de personajes. Lo mítico de ver como pasan de ser cuatro tíos obsesionados con el sexo, las drogas y el rock and roll a gente responsable que se ha sabido labrar una vida profesional y amorosa de éxito. ¿Sabes que pasa? Ya no me lo creo. Por muy de buen rollo que vengas y por mucho que te vayas de serie para no pensar, lo que no se puede hacer es condensar ocho temporadas en las que no has hecho ni el huevo en este sentido en dos tristes capítulos. No cuela, sorry.

La única trama con una resolución que me ha contentado hasta cierto punto ha sido la de la arroutada de Ari Gold, provocada por su hija y la ópera que le manda escuchar (…). Ari siempre ha sido un personaje mucho más complejo y completo que los demás, y por tanto se merecía una conclusión más compleja y completa que los demás. Sabemos desde un principio que su familia es importante para él, en eso nos han insistido casi hasta la extenuación, por lo que realmente no extraña que él también haya tenido su epifanía y decida dejarlo todo para pirarse por ahí con ellos. Still, me ha quedado claro que su historia ha quedado más enfocada a vendernos la película (literalmente) que a darle un verdadero final, como se ha visto en la escena de después de los títulos de crédito, dejándome un sabor muy agridulce. Pues vale.

Pero bueno, a pesar de todo, voy a echar de menos Entourage. Puede tener mil defectos, puede ser previsible y estática, pero era entretenida como ella sola. Los capítulos se me pasaban en una extenuación, y dudo que en mucho tiempo haya una serie de media hora que sea capaz de llevar el ritmo endiablado que llevaba ésta.

¿Qué voy a ver en la temporada 2011/2012?

12 Sep

Como viene siendo habitual en los últimos años, el estreno de la nueva temporada de Sons of Anarchy da el pistoletazo avanzado de salida al curso televisivo estadounidense, aunque el plato gordo no llegue hasta dentro de un par de semanas. Así que va siendo hora de confeccionar el calendario de lo que voy a ver, o al menos empezar a ver, el año que viene. En total, y contando sólo lo que empieza de septiembre a noviembre, salen 48 series a la semana, y eso sin sumar las de otros países ni las que vaya viendo por culpa de las buenas críticas que se les den por la blogosfera. Ni añadir todas las que empiezan en midseason (que me llaman mucho más que las de temporada regular, la verdad), como Smash, Are You There, Vodka? It’s Me, Chelsea o Awake. Pero bueno, enumeremos las de ahora:

Nuevos estrenos:

The Playboy Club (NBC, 19 de septiembre)

Pan Am (ABC, 25 de septiembre)

Suburgatory (ABC, 28 de septiembre)

Homeland (Showtime, 2 de octubre)

American Horror Story (FX, 5 de octubre)

Hell on Wheels (AMC, 6 de noviembre)

Le echaremos un ojo:

New Girl (FOX, 20 de septiembre pero con preair ya rulando)

Free Agents US (NBC, 21 de septiembre)

Whitney (NBC, 22 de septiembre)

Person of Interest (CBS, 22 de septiembre)

Terra Nova (FOX, 26 de septiembre)

Man Up (ABC, 18 de octubre)

2 Broke Girls (CBS, 19 de octubre)

Grimm (NBC, 21 de octubre)

Once Upon a Time (ABC, 23 de octubre)

Allen Gregory (FOX, 30 de octubre)

Nuevas temporadas:

Sons of Anarchy (FX, 6 de septiembre)

Parenthood (NBC, 13 de septiembre)

It’s Always Sunny in Philadelphia (FX, 15 de septiembre)

Archer (FX, 15 de septiembre)

How I Met Your Mother (CBS, 19 de septiembre)

Glee (FOX, 20 de septiembre)

Raising Hope (FOX, 20 de septiembre)

The Middle (ABC, 21 de septiembre)

Modern Family (ABC, 21 de septiembre)

Blue Mountain State (Spike, 21 de septiembre)

The Big Bang Theory (CBS, 22 de septiembre)

Community (NBC, 22 de septiembre)

Parks and Recreation (NBC, 22 de septiembre)

The Office (NBC, 22 de septiembre)

The Mentalist (CBS, 22 de septiembre)

Nikita (CW, 23 de septiembre)

Fringe (FOX, 23 de septiembre)

The Simpsons (FOX, 25 de septiembre)

Family Guy (FOX, 25 de septiembre)

The Good Wife (CBS, 25 de septiembre)

Boardwalk Empire (HBO, 25 de septiembre)

American Dad! (FOX, 25 de septiembre)

The Cleveland Show (FOX, 25 de septiembre)

Being Erica (CBC, 26 de septiembre)

Dexter (Showtime, 2 de octubre)

Hung (HBO, 2 de octubre)

How To Make It In America (HBO, 2 de octubre)

House (FOX,3 de octubre)

The League (FX, 6 de octubre)

Bored to Death (HBO, 10 de octubre)

The Walking Dead (AMC, 16 de octubre)

Chuck (NBC, 21 de octubre)

Abandono:

Hawaii Five-O (CBS, 19 de septiembre)

Series Minardi: Y nadie se volvió a acordar de ellas (o casi).

31 Ago

¿Os acordaís de la escudería Minardi de Fórmula 1? Minardi estuvo 20 años dando el callo en la máxima competición de la FIA, y quien sabe un poco de de F1 la adoraba, tanto por su encantador cutrerío y falta de medios como por su papel fundamental: formar pilotos que luego saltarían a mejores escuderías para convertirse en grandes del automovilismo. Por Minardi pasaron los Alonso, Webber, Fisichella, Trulli, Verstappen, Alboreto, Zanardi, de Cesaris… Pero a la hora de la verdad, cuando había que demostrar las cosas en la pista, era el farolillo rojo de casi cada campeonato en el que compitió.

En el mundo televisivo también existen las series Minardi. Son las series que en su momento consiguieron una gran aclamación en la crítica especializada, pero que a la hora de medir audiencias normalmente se llevaban el farolillo rojo de la noche, y por tanto, cancelación al canto. En ese momento, la poca gente que las vio las olvida casi para siempre, y en la historia de la televisión no serán más que una nota a pie de página, y eso con muchísima suerte. A todo el mundo se le ocurrirán bastantes ejemplos de estas, pero he decido seleccionar diez que creo que representan mejor que ninguna otra lo que es ser una serie Minardi, sin ningún orden concreto.

The Comeback

The Comeback fue el primer papel de Lisa Kudrow después de Friends, y nada más y nada menos que para HBO, que a pesar de su más que probada solvencia en el drama, es una cadena que en comedia no destaca tanto. Y se ve que los espectadores lo saben, porque a pesar de que esta descorazonadora sátira del proceso de grabación de realities sí que es bastante buena, ya directamente pasaron de darle una oportunidad, y después de una temporada de 13 episodios fue cancelada sin piedad. Y la crítica, aunque al principio estuvo bastante dividida sobre su calidad, al final acabó por aceptarla y ha terminado por convertirse poco a poco en una serie de culto que sigue sin llegar al público, ni al seriéfilo ni al general.

Freaks and Geeks

Esta comedia adolescente es otra serie de culto a la que en el momento no se le hizo ni puto caso, de hecho sólo aguantó 12 episodios en la NBC en la temporada 99-2000, aunque había 18 grabados. Y sin embargo, la crítica la adoró y la adora, hasta el punto de que la revista Time la metió en su lista de los 100 mejores programas de la historia. Como véis en la foto, también fue el pistoletazo de salida de actores que luego se convertirían en tremendamente conocidos, como Jason Segel o James Franco. Ah, y era de nada más y nada menos que de Paul Feig y Judd Apatow…

Party Down

Este es el caso paradigmático de serie Minardi. En su último capítulo, emitido hace algo más de un año, hizo un 0.0 de rating y sólo 74.000 espectadores, que en Estados Unidos, si me apuras, es una cifra que casi se puede considerar como margen de error estadístico. Eso, y que Jane Lynch se fuera a Glee y Adam Scott a Parks & Recreation, selló su destino. Sin embargo, el patetismo de este grupo de actores que mientras buscaban trabajo de lo suyo tenían que currar en una empresa de catering que quedaba en evidencia frente al histrionismo de las personas que les contrataban para sus fiestas acabó por convencer a la crítica, sobre todo en su segunda y última temporada.

Rubicon

A nosotros los seriéfilos nos dolió mucho su cancelación y siempre nos acordaremos de ella, sí. Pero pregunta por ahí a alguien que vea series habitualmente pero que no esté tan metido en el mundillo, y no tendrá ni idea de lo que es Rubicon. Fue el primer fracaso de AMC y la primera cancelación en su época de revientamonopolios HBOenses, y sin embargo cada opinión, entrada de blog y artículo la ponía por las nubes. Y con toda la razón del mundo.

Better Off Ted

La historia de Better Off Ted es bastante curiosa. Cuando debutó ni dios le hizo ni puto caso, hasta el punto de que hubo episodios que tuvieron menos de 2 millones de espectadores, en un país de 300 millones de habitantes. Si para la CW eso ya es un fracaso total, imaginaros para la ABC. Normalmente eso significaría la retirada inmediata de la parrilla, pero llegaron los upfronts del final de la temporada 2008-2009 y milagro, fue renovada para una segunda temporada. Por supuesto, no aguantó, y al 11º capítulo estaba retirada de la parrilla, y se pudo terminar de ver gracias a que se emitió completa en Australia.

Pero a pesar de ser un flop de los grandes en lo que a ratings se refiere, Better Off Ted era una comedia divertidísima, y el S01E04, «Racial Sensitivity», es uno de los mejores episodios que recuerdo en una comedia desde Arrested Development. Y qué decir de esos falsos anuncios cargados de sarcasmo que se sacaban de la manga en cada episodio, pequeñas joyas en sí mismas.

Terriers

La primera de las cancelaciónes de este año de FX, Terriers es una serie que viéndola semana a semana parece irregular en su calidad, con unas tramas totalmente deslavazadas hasta el punto de que fue considerada una especie de procedimental raro. Pero llegas a los últimos dos o tres episodios y de repente las piezas empiezan a caer en su lugar hasta llegar a un gran final muy emocionante y sobre todo abierto aunque satisfactorio. Una temporadita de 13 episodios que saben a poco para nosotros, pero a demasiado para las audiencias estadounidenses.

Lights Out

La segunda y para mí más dolorosa de las cancelaciones de FX de este año, Lights Out era la historia de Patrick Leary, un boxeador retirado que ante unos problemas económicos acuciantes se ve obligado a volver al ring a pesar de la oposición de su familia. Hubiera funcionado y funciona perfectamente como miniserie, lo que es perfecto teniendo en cuenta que una vez más las audiencias no acompañaron. No es una de las grandes series de la historia, pero sí lo suficiente como para ser uno de los mejores estrenos de la temporada que acaba de terminar, lo que hará aún más dolorosa su inevitable caída en el olvido colectivo.

Kings

Kings es una de esas series increíblemente extrañas que se sacan las networks de la manga cada cierto periodo de tiempo, en este caso la NBC en 2009. Teóricamente, era la adaptación de la historia bíblica del rey David a los tiempos modernos, en un reino ficticio que era como los Estados Unidos actuales, pero bajo una monarquía absolutista que se pasa la vida en guerra con los países vecinos. Fue el primer papel de Ian McShane en televisión después de Deadwood, y cómo no, lo clava.

Siempre se dijo de ella que debería estar en cable y no en network, y yo pienso que efectivamente, así debería de haber sido. Ni el tratamiento de la trama ni los temas subyacentes eran para las grandes masas, y las audiencias se encargaron de demostrarlo: una temporada y al tacho. Una pena, porque era realmente interesante.

Studio 60 on the Sunset Strip

Ya sólo que el nombre de Aaron Sorkin aparezca en los títulos de crédito es una grantía para saber que estás ante una serie muy buena. Y Studio 60 on the Sunset Strip lo es, aunque al final de la temporada y en plena lucha por subir unas audiencias que habían caído en picado considerablemente desde el estreno y que llevo a la NBC a meterla en un hiato de tres meses, se le fue un poco la olla. Los tres episodios de «K&R», aunque buenos por sí mismos, no pegaban ni con cola con el resto de la serie. Aún así, con las cifras en la mano y con la crisis de la cadena del pavo, hoy en día se hubiera considerado su renovación, pero hace cinco años, y por mucho que doliera, era una cancelación de libro.

Lucky Louie

Ahora mismo Louie C.K. es un respetado cómico con una comedia que es de las mejores que se han visto en muchísimo tiempo, pero por algún lado tuvo que empezar en televisión, y lo hizo en Lucky Louie, su primera serie, para HBO en 2006. Parecía un programa cutre y roñoso, con pocos decorados y pocos personajes, pero era más que suficiente, ya que su gran baza era el guión, un guión constantemente gracioso a la vez que deprimente en el que se empezaba a intuír la grandiosidad que estamos viendo ahora en Louie. Fue cancelada después de una temporada de 13 episodios, de los que sólo se emitieron 12, y aún nadie sabe muy bien el por qué.

[Inserte título previsible sobre la llegada del invierno]

18 Abr

Reconozco que hasta que vi el piloto no tenía ni puta idea de qué iba Canción de Hielo y Fuego, y menos aún Game of Thrones. De hecho, fue el anuncio de que se iba a hacer la serie lo que me informó de la existencia de la saga de libros. Y hace un momento, cuando me puse a ver el primer episodio, sólo sabía que salían Boromir el de The Lord of The Rings y Nikolaj «El Gafe» Coster-Waldau. No vi trailers, no vi noticias, no vi nada de nada.

Así que al darle al play del VLC, me encaré a ella con esa doble sensación de expectación ante algo que ha sido publicitado hasta la extenuación y de incomprensión por todo el fenómeno fan que esta saga tiene detrás y porque sea la HBO la que la haga.

Pero ahora lo entiendo todo. Cómo no se le va a dar publicidad con la de pasta que hay metida en el piloto. Si ya sólo la cabecera tiene que costar más que tres capítulos de Shit My Dad Says juntos; entre efectos especiales, vestuario, ir a las localizaciones correspondientes y tal este episodio tiene que rondar los diez millones. Después de esa inversión normal que publiciten. Pero eso ya me lo olía.

Lo importante para mí es lo incomprensible. ¿Por qué hay tanto fan incondicional suelto? El primer episodio lo deja claro: esto no sólo es una historia de fantasía, es una histórica fantástica. Game of Thrones es intriga política pura y dura en la que la magia y los bichos raros, al menos de momento, son algo secundario (aunque esos huevos de dragón me parece que van a ser muy relevantes en la historia). Los conflictos entre las casas de Stark, Baratheon y Lannister tiene pinta de que van a ser interesantemente complejos, y los secretos, matrimonios de conveniencia y otras putadas varias van a estar a la orden del día.

Si lo piensas bien, Game of Thrones en vez de en Westeros podría estar situada perfectamente en el Imperio Romano y ser exactamente lo mismo. Cambias el Iron Throne por el título de César, The Wall por el Muro de Adriano y las casas de los pretendientes por algunos senadores ambiciosos y listo. Y eso me recuerda en parte a algo que se llamaba Rome. O también cambias el apellido Stark por Soprano, y sale algo muy parecido de nuevo. Y ahí está la respuesta a la segunda cuestión: no es la primera ni será la última historia de conflicto político-familiar en ambientes extraños para el espectador medio que nos muestra la HBO. Y visto así, no está tan alejado del molde típico de esta cadena de cable.

Pero bueno, vamos al episodio en sí. Si se le puede poner alguna pega, es simplemente que la casa Lannister no ha sido presentada todo lo correctamente que podría serlo. Más allá de eso, el resto perfecto. Ha tenido un ritmo perfecto, ni demasiado rápido para perdernos entre tanto personaje, casa y lugar ni demasiado lento como para exasperar a las plantas. La ambientación visual es tremendamente buena, los efectos especiales no se ven cutres (lo que últimamente es casi como pedirle peras al olmo) y, lo diré una vez más, la cabecera es excelente. Y por cierto, creo que es la primera vez que en vez de cliffhanger un episodio termina en cliffthrowing (tutupá).

Como véis, he quedado bastante contento con Game of Thrones, y creo que va a ser de lo primerito que vea los domingos, que se ha vuelto el día más fuerte de la semana en cuanto a contenido de calidad se refiere. Entre The Borgias en Showtime, The Killing en AMC y ésta serie haciendo tándem con Treme en HBO, el último día de la semana sí que va a ser un juego de tronos.

El show de Ricky Gervais

19 Ene

Aún colean las repercusiones al monólogo de Ricky Gervais en los Globos de Oro, vaya si colean. La quemada que les metió el cómico inglés a algunos de los personajes más poderosos de Hollywood fue de esas que hacen historia. Me imagino que además de hablarse de él en todo el mundo, con la fama que eso da, supondrá un buen impulso de audiencia para su programa en HBO y Channel 4, The Ricky Gervais Show, esa adaptación animada de los podcasts que hace con Stephen Merchant y Karl Pilkington.

El viernes pasado se estrenó su segunda temporada, que tendrá, al igual que la primera, trece capítulos. Básicamente el programa va de reírse de las idas de olla, tanto escritas como habladas, y de comentarios varios de Pilkington todo el rato, mientras Gervais y Merchant le dicen de todo menos guapo. Dicho así parece muy cruel, pero Karl, que empieza la serie haciéndolo casi sin querer, abraza su personaje y cada vez lo hace más a propósito, dándonos momentos que si hilarantes, a veces parecen bastante forzados.

Porque me niego a creer que exsita una persona tan… no tarada pero casi, como Karl Pilkington. Esos extractos de su diario son simplemente surrealistas, muchas veces escritos para provocar la risa. Sin embargo, ellos intentan pasarlos como reales. Diréis… claro que no son reales, es la tele, pero es que esto venía de un podcast, donde se supone que desbardallaban sin un guión muy definido.

¿Y como se adapta un podcast a la televisión? Respuesta obvia para todos menos para la CBS y los productores de Shit My Dad Says: animándola. El dinujo permite hacer una representación visual de cualquier cosa de la que se esté hablando en el momento con el cutaway gag del que Seth MacFarlane es tan fan. La sección del diario de Karl es un ejemplo de esto, pero las idas de olla mágicas del calvito con cabeza de naranja es lo que más se presta a este tipo de humor.

Eso sí, como todo lo de Gervais, es un humor que o te parte o lo odias. Salvaje y agudo cuando no eres tú el que lo sufre en tus carnes, pero si va a por tí es mezquino e hiriente. Y si no que se lo digan a Buscemi, que en el monólogo de presentación de la gala estaba riéndose por un lado pero sudando por el otro, rezando porque a él no le tocara recibir las pullas del británico.